Recientes estudios han confirmado la estrecha relación que existe entre el colesterol alto y el aumento del riesgo de sufrir un infarto o un ictus, particularmente en adultos jóvenes.

Publicado en la revista The Lancet, el último gran estudio realizado en casi 400.000 personas de diferentes países del mundo extrae esta afirmación sobre los riesgos cardiovasculares que conlleva la presencia de colesterol alto en nuestra sangre.

Concretamente, dicho estudio destaca que los individuos de menos de 45 años con el colesterol “malo” elevado aumentan el riesgo de sufrir un infarto entre un 12% y un 43%, y el riesgo de sufrir un ictus entre un 6% y un 24%.

¿Qué es el colesterol?

El colesterol es una sustancia parecida a la grasa necesaria para el correcto funcionamiento del organismo, ya que participa en la síntesis de algunas hormonas, de la vitamina D, y forma parte de la membrana de todas las células del cuerpo.

El hígado produce una parte del colesterol de nuestro organismo, pero también se encuentra en algunos alimentos como lácteos o carne. El cuerpo necesita el colesterol para su correcto funcionamiento, pero el exceso de este en la sangre, como hemos comentado previamente, aumenta el riesgo de padecer diferentes enfermedades en las arterias coronarias.

Existen 2 tipos de colesterol conocido:

LDL: significa lipoproteínas de baja densidad, es el conocido como “colesterol malo” porque el exceso de este tipo de colesterol produce su acumulación en las paredes arteriales.

HDL: significa lipoproteínas de alta densidad, es el conocido como “colesterol bueno” porque transporta el colesterol de otras partes del cuerpo hasta el hígado.

¿Cuáles son los niveles recomendados?

En un sistema cardiovascular saludable, los niveles de LDL y HDL se mantienen a unos niveles determinados; pero distintos factores como el sedentarismo y la falta de actividad física, la adicción al tabaco o una dieta con altos niveles de grasas saturadas y pobre en frutas, verduras y grasas insaturadas pueden hacer variar los niveles y provocar que aumenten unos por encima de otros.

A continuación, veremos cómo se clasifican las diferentes mediciones de los tipos de colesterol:

Niveles de colesterol HDL (colesterol bueno)

·         60 mg/dL o más – Protección cardiovascular.

·         Entre 40 y 59 mg/dL – Niveles óptimos.

·         Menos de 40 mg/dL – Riesgo.

Pero, hay que tener claro que en el caso del “colesterol bueno”, cuanto más, mejor.

En el caso del LDL (colesterol malo):

·         Menos de 100 mg/dL – Nivel óptimo.

·         Entre 100 y 129 mg/dL – Nivel casi óptimo.

·         Entre 130 y 159 mg/dL – Límite.

·         A partir de 160 mg/dL – Nivel alto.

·         Más de 190 mg/dL – Nivel muy alto.

¿Qué causa el colesterol alto?

Cabe destacar, que los niveles de colesterol LDL tienden a aumentar con la edad y que existen individuos genéticamente predispuestos a desarrollar hipercolesterolemia. Aun así, el colesterol alto conlleva una serie de riesgos considerados muy peligrosos para la salud. La presencia en exceso del colesterol malo en la sangre llega a obstaculizar el flujo sanguíneo, bloqueando el ciclo natural de circulación y provocando, en consecuencia, que el corazón no reciba sangre rica en oxígeno, con los graves problemas que eso conlleva, ya que dependiendo de donde se haya localizado la obstrucción, puede provocar infarto de miocardio, ictus y facilitar la formación de trombos.

El colesterol alto no tiene síntomas directos, por eso, muchas personas ignoran que sufren de hipercolesterolemia, pero, sin embargo, los niveles de colesterol pueden medirse en un simple examen de sangre rutinario, algo básico para poder tenerlo bajo control.

Sin lugar a duda, está más que comprobado que una alimentación inadecuada, el sobrepeso o la obesidad, el tabaco, el alcohol o un estilo de vida sedentario pueden afectar y aumentar los niveles de LDL o colesterol “malo”.

¿Cómo podemos bajarlo?

Principalmente se recomienda llevar una alimentación saludable, con una dieta rica en sustancias antioxidantes, fruta, verdura o pescado, reduciendo la ingesta de grasas saturadas como dulces, pasteles y reducir el consumo de alcohol y eliminar el tabaco de nuestro día a día, así como controlar el peso corporal, ya que la grasa abdominal influye notablemente sobre el colesterol.

Además de llevar y mantener un estilo de vida saludable, existen diferentes productos que complementan y ayudan a mantener los niveles de colesterol bajo control, como por ejemplo Baja tu Colesterol, un suplemento alimenticio capaz de reducir los niveles de colesterol LDL y aumentar los de HDL.

Además, posee efectos beneficiosos para el sistema cardiovascular con propiedades antiinflamatorias y reguladoras de triglicéridos. También contribuye con sus propiedades a la disminución en la acumulación de grasas y control de peso, lo que se traduce en una mayor eficacia para evitar la acumulación de lípidos

Formulado a base de levadura de arroz roja, coenzima Q10, betaglucano, resveratrol, maitake, mango africano y vitamina D, Baja tu Colesterol se ha convertido en el producto perfecto para mantener los niveles de colesterol “bueno” y reducir los niveles negativos en sangre en caso necesario.

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