El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación, pensamiento o sensación que te haga sentir frustrado, furioso o nervioso. En ocasiones el estrés puede ser positivo y acelerar tu capacidad de reacción ante alguna situación concreta, pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede llegar a ser agresivo y nocivo para tu salud.
Existen dos tipos: el estrés agudo y el estrés crónico.
- Estrés agudo: Este tipo de estrés aparece y desaparece con rapidez. Aparece cuando se vive un proceso nuevo o cuando se pasa por situaciones complicadas. Dado que no suele durar mucho, no ocasiona daños en nuestra salud.
- Estrés crónico: Por otro lado, el estrés crónico es más peligroso porque puede durar hasta meses y las personas que lo padecen pueden acabar acostumbrándose a ello, no dándose cuenta de que lo tienen y ocasionando graves problemas para la salud. Suele aparecer cuando las personas no ven una salida a una situación compleja o presentan síntomas de sufrir una depresión.
¿Cómo identificarlo?
Saber identificar los síntomas comunes del estrés ya es un gran paso para poder manejarlos. Si no se controla, el estrés puede desencadenar muchos problemas de salud, como presión arterial alta, enfermedades cardíacas, obesidad e incluso diabetes; por lo que es muy importante identificarlo y tratarlo.
Los síntomas pueden dividirse en tres bloques:
- Efectos en el cuerpo: dolor de cabeza, tensión muscular, fatiga problemas de sueño…
- Efectos en el estado de ánimo: ansiedad, agitación, falta de motivación…
- Efectos en el comportamiento: Arranques de ira, consumo elevado del alcohol o drogas, retraimiento social…
¿Cómo tratarlo?
Como ya hemos dicho, identificar los síntomas es el primer paso para su tratamiento. También es importante evitar el consumo excesivo de alcohol o tabaco para intentar combatirlo, ya que puede agravar los problemas de salud.
Algunas pautas para combatirlo son el realizar ejercicio físico regularmente, practicar técnicas de relajación como meditación o yoga, mantener una dieta saludable y equilibrada, o socializar con familiares y amigos. Un buen descanso es fundamental, consiguiendo así que nuestra mente descanse.